HISTORIA: EL PRIMER CAMBIO DE PLANTA MOTRIZ DE HELICÓPTEROS EN SUDAMÉRICA

Por Cláudio Cáceres G.

A mediados de la década de los años cincuenta, en américa latina, los helicópteros estaban recién dando sus primeros pasos para consolidarse como un elemento importante para su utilización en el ámbito militar y luego en el civil.  Estados Unidos y Europa, ya visualizaban lo esencial que significaba tener este tipo de aeronaves en sus inventarios. Su participación en la Guerra de Corea, demostró que era un caballo de batalla capaz de asumir múltiples roles, como evacuación, SAR, enlace y muchas otras formas de tareas.

La Fuerza Aérea de Chile, no ocultaba su aspiración de contar con dicho material con un interés creciente. De dicha forma comisionó un grupo de Oficiales para realizar los estudios pertinentes, que culminaron con el envió de una comisión a Estados Unidos, con la posterior adquisición de los pequeños y ágiles helicópteros Bell modelo 47 D1.

Una vez llegados al país en el año 1953, demostraron que la elección había sido la correcta, empleando el versátil aerodino en diferentes roles, rescates de personas en peligro ya sea por fenómenos climáticos como en accidentes. Sin embargo, dado la rigurosa geografía de Chile en extremo montañosa, hacía infructuosa su operación en las zonas cordilleranas, donde reinan las corrientes ascendentes y descendentes que tornaban arriesgadas y peligrosas sus operaciones.

El alto mando de la Fuerza Aérea de Chile, comprendió que necesitaba un helicóptero de mayor tamaño y potencia para sus necesidades institucionales y para el apoyo a la ciudadanía, decidiendo adquirir un ya probado helicóptero a nivel mundial, el Sikorsky modelo S-55C, dotado de un motor Pratt& Whitney radial R-1340 de 600 hp, una velocidad máxima de 169km/h, un alcance de 644 km, un techo de servicio de 3.218 mt y una razón de ascenso de 311 mt /min.

S-55C con grúa de rescate

En el año 1957 arribaron a Chile las cuatro primeras unidades, quedando matriculadas desde H-50 al H-53, y siendo destinadas de inmediato a los Grupos Aéreos operativos. Su esquema inicial era de color aluminio. Desde el comienzo de sus operaciones debieron realizar múltiples tareas, transportando ayuda y materiales a ciudadanos que vivían lugares difíciles de acceso en la geografía chilena. Los rescates en la cordillera y el mar fueron frecuentes, utilizando el novedoso “winche” del cual estaban dotados.

Chile sufrió el 21 y 22 de mayo del año 1960, el peor terremoto registrado en la era   moderna, 9.2   grados Richter, que originó un maremoto de grandes dimensiones. Así, la zona sur quedó aislada, destruida e inundada. La Fuerza Aérea de Chile movilizó de inmediato sus medios para ayudar ante tan grande destrucción, siendo los robustos y ágiles Sikorsky S-55C los principales motores de rescates y traslados de heridos y llevó a las zonas damnificadas ayuda en forma de alimentos, agua, medicina, primeros auxilios y abrigo.

S-55 versión de rescate
S-55 posado en una playa en una misión de entrenamiento de rescate

El mundo tuvo conocimiento de la terrible tragedia y comenzó a enviar ayuda a Chile, siendo 16 los países que enviaron aeronaves con ayuda humanitaria, dando comienzo al primer  puente aéreo de gran escala después del desarrollado en Berlín, Alemania, finalizada la Segunda Guerra Mundial.  La mayor parte de esa ayuda la transportaron los Sikorsky S-55C, a las localidades aisladas  por la destrucción de caminos y puentes, fueron los caballos alados de la operación.

El Grupo de Aviación N° 3 tuvo la misión de establecer una base de operaciones de helicópteros, en la localidad de Lanco, operando los tres tipos de helicópteros del inventario de la Fuerza Aérea de Chile en la época, los Bell H-13, Hiller UH-12 y los Sikorsky S-55C.

El excelente desempeño realizado por las aeronaves Sikorsky S-55C, motivo a las autoridades de la Fuerza Aérea de Chile a comprar al año siguiente en 1961, otros cuatro helicópteros del mismo modelo. La fábrica Sikorsky había cerrado la producción del modelo, no obstante procedió a abrir la línea de producción para satisfacer la orden de compra de nuevos helicópteros emanada de la FACH.  Una vez llegados a Chile, recibieron las matrículas correlativas H-54 al H-57, quedando la Fuerza Aérea de Chile, con una dotación de ocho aeronaves Sikorsky S-55C. La Rama Aérea procedió a distribuir las unidades a las Bases Aéreas a largo del todo el país, desarrollando con ellas, labores militares y de apoyo a las necesidades civiles.

S-55 & OH-13 FACH
Helicópteros S-55 y OH-13 de la FACH prestando ayuda después de ocurrido el terremoto de 1960

A nivel mundial, el avance tecnológico no se detuvo. La empresa norteamericana Helitec, desarrolló una turbina aeronáutica de baja potencia. La FACH en conocimiento de esta alternativa, decidió adquirir a fines de los años sesenta, seis kits de modificación motriz.

A comienzos de los años setenta, los seis helicópteros que integraban el inventario de la  Fuerza Aérea de Chile, fueron sometidos a una modernización. La empresa no era menor toda vez que el desafío implicaba una transferencia de tecnología que no existía en el país y había que adaptarse a una nueva exigencia profesional. El desafío ingenieril emprendido por la Fuerza Aérea de Chile, fue desarrollado en el Ala de Mantenimiento de la Rama del Aire, hoy Empresa Nacional de Aeronáutica (ENAER), con base en El Bosque.

Ejemplar del S-55
Ejemplar del S-55

El trabajo estuvo liderado por el Comandante de Grupo (I), señor Fritz Dreyer Hansen y un grupo especializado de ingenieros y técnicos de alto nivel. No era un tarea menor,  y de acuerdo con la información del momento, se trataba de la primera vez que este trabajo se realizaría en Sudamérica.

Cada helicóptero, recibió en reemplazo del motor a pistón original antes descrito, un motor turbo Shaft Garrett Airsearch TPE 331 de 840 shp. Desarrollando ahora una velocidad de 183 km, con un alcance de 595 km, un techo de servicio de 3.780 mt y una razón de ascenso de  366 mt/min.  Con esta modificación realizada a lo largo de dos años, los helicópteros matriculados H-50 al H-55 redujeron su peso total en 400 kg y aumentaron su potencia disponible de 600 hp a 840 shp. La denominación oficial pasó ahora a Sikorsky S-55T.

S-55T equipado con turbina Garret TPE331

El correr del tiempo, el desgaste, el uso y los accidentes ocurridos, fue mermando la cantidad de aeronaves en operación, hasta llegar a 1988. Año en que sólo una unidad operaba bajo el alero del Grupo de Aviación Nº 5 de Puerto Montt. Su última operación internacional fue desarrollada durante la Operación Confraternidad, realizada en Chile, en octubre de 1988, donde concurrieron unidades de todas las fuerzas aéreas de América Latina y Estados Unidos, la cual simuló un gran terremoto que afectaba la zona sur del país. Este helicóptero estuvo junto a unidades de varios países, prestando ayuda a los damnificados, repitiendo su noble tarea realizada veintiocho años antes. El autor tuvo el honor de realizar uno de estos vuelos, comprobando que aún a pesar de los años este helicóptero tenía una larga vida por delante.

Como todas las cosas en la vida, el plazo final llegaba en forma rauda. Es así como el día 9 de septiembre del año 1989, la Fuerza Aérea de Chile, dio de baja este helicóptero, al cual aún le restaban más de cien horas de vuelo remanente. El lugar definitivo elegido para preservar esta aeronave, fue el Museo Nacional de  Aeronáutica y del Espacio, donde ya se encontraba su gemelo, el H-55, todo esto a fin de que las generaciones venideras conocieran la historia de este tipo de helicóptero y su operación en Chile.

El cambio de planta motriz mejoró el desempeño del S-55 en el vuelo de montaña

Sin embargo, su vida operacional tuvo un alargue adicional, el destino accionó en forma de un contrato  de arriendo,  el  uso  de este helicóptero  a la empresa de carga  y transporte chilena Taxpa Helimac Limitada, la que para poder operarlo, debió certificarlo ante la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile, recibiendo el prefijo CC-CMC. Cláusulas del contrato de arrendamiento señalaban que la aeronave debía mantener el esquema original, camuflado, eliminándose las marcas militares y el timón azul con la estrella blanca, tradicional de los aviones de la Fuerza Aérea de Chile.

La empresa arrendadora Taxpa Helimac Limitada, a su vez subarrendó el uso de  esta aeronave por dos temporadas a la Corporación Nacional Forestal “ CONAF “, entidad Gubernamental que protege y controla los bosques nativos de Chile. Durante el período comprendido entre los meses de noviembre de 1990 a marzo de 1991 el helicóptero fue utilizado en la detección y control de los incendios forestales en el sur del país.

S-55T operando para la empresa TAXPA bajo contrato con CONAF en vuelos forestales

A continuación en el mes de julio del mismo año, un nuevo contrato, esta vez con un canal de televisión, volvió a dar trabajo a este helicóptero, con la instalación de una antena repetidora de señales en la Cordillera de Los Andes frente a Santiago, la capital de Chile.

En las primeras horas del día 26 de julio de 1991, el Sikorsky S-55-T, emprendió su último vuelo, llevando en su interior cinco tripulantes, el destino quiso que el peor de los enemigos del vuelo en helicóptero se hiciera presente. Un cable de alta tensión sin señalizar, detuvo el ágil y elegante vuelo de esta aeronave, llevándose en el vuelo sin retorno a dos de sus tripulantes.

Restos del S-55 trasladados a Santiago después del accidente que lo destruyó por completo.

 

Fotos: Cláudio Cáceres / Peter Steineman / FACH

One thought on “HISTORIA: EL PRIMER CAMBIO DE PLANTA MOTRIZ DE HELICÓPTEROS EN SUDAMÉRICA

  • 13/08/2017 at 3:32 pm
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    Muy buena nota, con desconocidos antecedentes históricos sobre la operación de este helicóptero en Chile. Felicitaciones y muchas gracias por publicarla.

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